Cuando tenía 17 años me fui dos semanas sola a
Margarita, tengo una prima que vive allá, y como mi tío siempre tuvo en cuenta
que yo era una mala influencia, Karlota tuvo que escaparse de su casa 15 días
para pasar lo que fue, nuestras mejores vacaciones. Éramos adolescentes, con
las hormonas alborotadas, cédulas falsas y mucho dinero. ¿Qué más se le podía
pedir a la vida?
Entre tantas rumbas y perdición, hubo una noche
que sobresalió. Fuimos a la discoteca de moda, no necesitábamos hombres que nos
pagaran, ni teníamos que calarnos a extranjeros quesudos que iban a la isla en
busca de sexo casual.
Llegamos a ser la sensación de la isla y con un
distintivo peculiar, unos sombreros de vaquera que no nos quitábamos ni pa'...
En fin, esa noche enloquecí, el alcohol se apoderó de mi cuerpo y terminé en
una carpita en la arena, que pertenecía al local, haciendo uno de los mejores
blow job de mi vida, el gocho acabó a los pocos minutos, así como también la
seguridad de la disco y la policía local llegó a dónde estábamos. ¡EXPOSED!
Me desesperé, entré en crisis, me iban a llevar
presa por andar de mamadora y la cédula que cargaba ni siquiera era mía, sino
de una amiga de Caracas que me la prestó. Le pedí al gerente que me disculpara,
que no volvía más a su local y hasta ofrecí arrodillarme a pedirle disculpas...
A lo que éste contestó: "Ya te arrodillaste bastante, límpiate la boquita".
No sé qué invadía más mi cuerpo, si la pena o
la arrechera, salimos al estacionamiento y los dos policías trataban de
matraquear al gocho. Mi prima no sé cómo lo logró, pero cuadró un taxi fantasma
y me sacó de aquel lugar, yo era una prófuga de la justicia, y sentí a la
mañana siguiente que en todos los locales habría una foto mía para no dejarme
entrar.
Me quedaban 6 días más en la isla y rumbeé con
miedo, hoy en día me río y si me pasase lo mismo, ya no pediría perdón,
ofrecería mis servicios.
¿A qué no adivinan cuál era el local?
mamutzuela@gmail.com
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